Eudemonismo

El eudemonismo es un concepto filosófico de origen griego (de eudaimonia, palabra griega comúnmente traducida como felicidad, bienestar o vida buena) compuesto de lo bueno y la divinidad menor, que recoge esencialmente diversas teorías éticas. Tiene como característica común ser una justificación de todo aquello que sirve para alcanzar la felicidad. El principal representante entre los eudemonistas fue Aristóteles.

Se ha considerado eudemonismo al hedonismo, la doctrina estoica, así como también al utilitarismo. Todas estas doctrinas basan sus normas morales en la realización plena de la felicidad, entendida como estado de plenitud y armonía del alma, diferente del placer y pudiéndose presentar ésta de forma personal, como en Demócrito, Sócrates, Aristóteles, Aristipo y la escuela cirenaica, el estoicismo o el neoplatonismo, o bien de forma colectiva, como se estableció a partir de David Hume.

Entre los eudemonistas cabe destacar a Aristóteles, que fue uno de los primeros y el más importante, y, además, a los eudemonistas que afirmaban que para llegar a la felicidad hay que actuar de manera natural. Es decir, con una parte animal (bienes físicos y materiales), una parte racional (mente) y una parte social, que se concretaría en practicar la virtud, que según Aristóteles se situaba en el punto medio entre dos pasiones opuestas. Aristóteles menciona que para llegar a la vida buena, a la vida contemplativa, hay que comportarse bien, es decir, poseer el conocimiento necesario para poder practicar las virtudes y adquirir el hábito de comportarse de acuerdo con las virtudes. También es necesario considerar el juicio del hombre prudente para elegir qué acción es más virtuosa; de ahí que la prudencia sea la clave de todas las virtudes. [1]

Los seguidores de esta teoría ética afirmaban que no se puede ser siempre plenamente feliz. Los eudemonistas pensaban que el placer era un complemento de la felicidad. La propuesta principal del eudemonismo es "el bien es aquello que nos hace felices y la felicidad es el aumento de nuestras fuerzas para obrar". Las teorías éticas que se centran en la búsqueda de la felicidad reciben el nombre de eudemonistas. El fin de la vida humana es alcanzar la felicidad. Luego, cada teoría concreta define la felicidad de forma distinta. Para algunas personas, la felicidad es el placer; para otras, la vida contemplativa, la serenidad, etc. Otras teorías éticas consideran que la felicidad es, aunque importante, secundaria para la ética. La ética cristiana resalta las acciones que se ajustan a los mandamientos de Dios. Con el cristianismo, la vida es un tránsito, no un fin en sí mismo. Por eso, lo importante es obrar por deber, siguiendo la ley moral, aunque de momento no alcancemos la felicidad futura, en otro mundo. Kant toma como concepto fundamental el deber, no la felicidad. Lo principal es actuar por deber, [2][3]​ si bien encontramos corrientes como el Hedonismo cristiano que afirma que "Dios es más glorificado en nosotros cuando estamos más satisfechos en Él".[4]

  1. Ángeles Varo Peral (2015). «Teorías Éticas». Educación Secundaria Obligatoria. Consultado el 1 de noviembre de 2017. 
  2. González García, Juan Carlos; Diccionario de filosofía. Editorial EDAF, Biblioteca EDAF; Vol.252. Madrid 2000.
  3. Ferrater Mora, José; "Diccionario de Filosofía" Tomo II, págs. 1153 - 1154.Editorial Ariel SA. Barcelona 1994.
  4. Piper, John (1 de enero de 1995). «Christian Hedonism: Forgive the Label, but Don't Miss the Truth». Desiring God. Consultado el 3 de abril de 2017. 

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